sábado, 26 de abril de 2014


Pombo estudió las fábulas en Estados Unidos y las encontró muy adecuadas para encauzar gustos, valores y tradiciones en los niños. Fue un maestro para transformarlas en poemas divertidos, con humor, musicalidad, riqueza visual y trama sencilla y directa. Con ello, nos dejó un legado de más de 160 fábulas con temas muy diversos: morales, filosóficos, políticos, religiosos y satíricos.
“El niño es una bomba aspirante, no de razonamientos que lo fatigan, sino de imágenes; es esencialmente curioso, práctico y material; quiere que se le enseña objetivamente.”